A todos lados iba con sus libros, por lo que Jenny ya era conocida como la chica de los libros.
A su alrededor pasaban tantas cosas; chicos se acercaban a hablar con ella, parejas discutían sobre temas sin importancia y en alguna ocasión un balón de fútbol pasó por encima de su cabeza y ella no parpadeo ni un segundo. Todo el pueblo estaba asombrado de su habilidad para concentrarse y evitar una desgracia. En más de una ocasión estuvo a nada de caer en una alcantarilla, pisar la cola de un gato y por pura suerte no fue atropellada por un chico en patinete.
No existía actividad que la relajara más que leer. Leía de todo y en todo momento; tanto que quedó inmortalizada en papel mache disfrutando eternamente de lugares lejanos, historias inimaginables y personajes fantásticos.
Si conoces a alguien que como Jenny no puede dejar un libro ni para comer, esta muñeca de papel mache es el regalo perfecto. Ahora, que si lo que quieres es que ese regalo sea más especial , puedes pedirla personalizada a tu gusto (o al gusto de esa ávida lectora).